En medio de la tensión cambiaria y la caída de reservas, el presidente Javier Milei anunció la eliminación de las retenciones a todas las exportaciones de granos. La medida, comunicada por el vocero presidencial Manuel Adorni, tendrá vigencia hasta el 31 de octubre y busca incentivar al sector agroexportador a liquidar divisas en el corto plazo.
El decreto establece que la quita de retenciones se aplicará a la soja, el maíz, el trigo y el resto de los cereales y oleaginosas. Además, fija un tope de liquidación de USD 7.000 millones, con la obligación de que los exportadores ingresen al menos el 90% de las divisas en un plazo máximo de tres días hábiles desde la declaración de venta.
Según explicó Adorni, la decisión responde a la necesidad de “generar mayor oferta de dólares durante este período” y se enmarca en la estrategia del Ejecutivo de sostener el programa económico en un contexto de fuerte presión sobre el tipo de cambio. “La vieja política busca generar incertidumbre para boicotear al Gobierno. No lo vamos a permitir”, afirmó el vocero.
La medida sorprendió al sector agropecuario, que venía reclamando una baja de impuestos pero no esperaba una eliminación total, aunque sea temporal. Desde la Sociedad Rural y las entidades de la Mesa de Enlace señalaron que analizarán el impacto en la comercialización y advirtieron que el incentivo podría ser insuficiente si el mercado descuenta una devaluación posterior.
Con esta decisión, el Gobierno apuesta a reforzar las reservas del Banco Central y enviar una señal de confianza a los mercados. Sin embargo, los analistas advierten que la pérdida de recaudación fiscal —estimada en más de USD 1.200 millones— podría tensionar aún más las cuentas públicas y que el efecto real dependerá de la voluntad del campo de liquidar antes de las elecciones.