18 de Octubre de 2025
Policiales / 29-09-2025

Triple crimen narco: qué puede revelar la pericia al pantalón de “Pequeño J” y los misterios de su aguantadero





El hallazgo de un pantalón con manchas sospechosas en el escondite de “Pequeño J” podría convertirse en una prueba clave para ubicarlo en la escena del triple femicidio de Florencio Varela. El aguantadero, allanado en La Matanza, también reveló armas, documentos falsos y pistas sobre la red narco.

La investigación por el triple crimen narco de Florencio Varela, que conmocionó al país, sumó en las últimas horas un elemento que podría ser decisivo: un pantalón con manchas que serían de sangre, hallado en el refugio de Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, principal acusado por el asesinato de Brenda del Castillo, Morena Verri y Lara Gutiérrez.

El allanamiento, realizado en una vivienda de Isidro Casanova (La Matanza) que pertenecía a un familiar del prófugo, dejó al descubierto un verdadero aguantadero narco. Allí, la Policía Bonaerense encontró una pistola Glock calibre .40 con trece balas en el cargador, una caja de municiones casi completa, un chip de celular, anotaciones manuscritas, giros de dinero al Perú y hasta un DNI argentino recortado con la foto del sospechoso.

El fiscal Adrián Arribas, a cargo de la UFI de Homicidios de La Matanza, ordenó peritar tanto el arma como la prenda de vestir. Aunque las víctimas no fueron asesinadas a tiros, la pistola será analizada en busca de huellas dactilares. La atención, sin embargo, está puesta en el pantalón: si las manchas corresponden a alguna de las tres jóvenes, la prueba ubicaría directamente a “Pequeño J” en la escena del crimen.

Los investigadores advierten que la pericia no será sencilla: la tela podría dificultar la recolección de muestras y, aun si se confirma que es sangre, deberá determinarse si es viable para un cotejo genético. No obstante, de resultar positiva, se trataría de la evidencia más sólida contra el prófugo, sobre quien pesa una notificación roja de Interpol.

El aguantadero también dejó al descubierto la vida clandestina del acusado: un espacio reacondicionado, con piso de cerámica y paredes pintadas a nuevo, que funcionaba como escondite y centro de operaciones. Allí se hallaron además fotos personales y objetos que podrían aportar pistas sobre sus vínculos y movimientos recientes.

Mientras tanto, la causa sigue sumando detenidos y declaraciones. El triple crimen, marcado por la brutalidad y la violencia de género ejercida contra las víctimas, no solo expuso la ferocidad de las disputas narco en el Conurbano, sino también la fragilidad de los mecanismos de control estatal frente a organizaciones criminales que operan con impunidad.


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