En medio de la tensión política previa a las elecciones legislativas del 26 de octubre, el expresidente Mauricio Macri publicó un mensaje en redes sociales en el que instó al gobierno de Javier Milei a abrir canales de diálogo y aceptar “eventualmente una oposición constructiva”. El planteo generó repercusiones inmediatas dentro del oficialismo, y fue Santiago Caputo, asesor presidencial y figura clave en el entorno de Milei, quien salió al cruce con una respuesta pública.
Macri, líder del PRO, expresó que “después de importantes sacrificios” el país logró una “estabilidad razonable”, pero advirtió que para avanzar hacia el crecimiento es necesario construir una nueva mayoría que incluya voces opositoras. En ese marco, pidió que el gobierno convoque al diálogo “con humildad y honestidad” y que esté dispuesto a escuchar propuestas que puedan enriquecer las reformas pendientes.
La reacción no tardó en llegar. Santiago Caputo citó el mensaje de Macri en X (ex Twitter) y respondió: “Estamos de acuerdo, Presidente Macri. Argentina necesita una nueva mayoría reformista que empuje en el Congreso los cambios de fondo que el Presidente Milei lidera”. Con ese gesto, Caputo buscó mostrar coincidencias en el rumbo económico, pero también marcar que el liderazgo de las reformas sigue en manos de Milei.
El intercambio se da en un contexto de alianza electoral parcial entre La Libertad Avanza y sectores del PRO en distritos como Buenos Aires, CABA y Entre Ríos. Sin embargo, las diferencias en el estilo de conducción y en la estrategia legislativa empiezan a marcar matices dentro del espacio oficialista ampliado.
Macri también hizo referencia a la necesidad de aprobar el Presupuesto 2026, señalando que es clave para consolidar la estabilidad y avanzar en reformas estructurales. En ese sentido, su mensaje puede leerse como un intento de reposicionarse como actor relevante en la etapa post-electoral, buscando influir en la agenda parlamentaria y en la construcción de consensos.
La respuesta de Caputo, aunque diplomática, reafirma la centralidad de Milei en el proceso de reformas y deja en claro que cualquier oposición “constructiva” deberá alinearse con los objetivos del gobierno. El diálogo está abierto, pero las condiciones parecen estar marcadas desde la Casa Rosada.