En una jornada marcada por la volatilidad cambiaria, operadores financieros confirmaron que el Tesoro de Estados Unidos realizó una intervención masiva en el mercado argentino para frenar la suba del dólar. Según fuentes del sector, la operación alcanzó los USD 900 millones, con participación directa de JP Morgan (USD 400 millones) y Citibank (USD 500 millones).
El dólar mayorista había tocado el techo de la banda cambiaria, ubicado en $1.491, pero tras la intervención cerró en $1.489, apenas por debajo del límite. Sin embargo, el impacto fue limitado en los mercados paralelos: el dólar blue alcanzó un récord de $1.550, el MEP cerró en $1.592 y el contado con liquidación (CCL) trepó a $1.614.
La maniobra fue atribuida a Scott Bessent, secretario del Tesoro de EE.UU. y figura clave en el respaldo financiero al gobierno de Javier Milei. La intervención se produjo en un contexto de creciente presión cambiaria y a solo días de las elecciones legislativas del 26 de octubre, lo que generó suspicacias sobre su motivación política.
“El Tesoro norteamericano salió a rescatar al Gobierno en la antesala electoral”, tituló el portal Big Bang News, citando fuentes de Bloomberg que confirmaron la participación de bancos internacionales en el mercado spot argentino. La operación buscó estabilizar la cotización y evitar una corrida que pudiera afectar el clima electoral.
Pese al esfuerzo, analistas advierten que la presión sobre el dólar persiste. El economista Ricardo Arriazu, cercano al oficialismo, advirtió en una presentación en la Bolsa de Comercio que “si las elecciones salen mal, se acaba el apoyo de Estados Unidos y el dólar se va a cualquier nivel”.
La intervención del Tesoro reavivó el debate sobre la sostenibilidad del esquema de bandas cambiarias y la dependencia del respaldo externo. En la City, algunos operadores ya apuestan a una revisión del régimen cambiario después de los comicios, mientras otros alertan sobre el costo político de sostener artificialmente el tipo de cambio.