La llegada de Pablo Quirno a la Cancillería argentina encendió las alarmas en el universo diplomático. El actual secretario de Finanzas y hombre de confianza de Luis “Toto” Caputo fue designado por el presidente Javier Milei como nuevo ministro de Relaciones Exteriores, en reemplazo de Gerardo Werthein, y su perfil técnico genera preocupación entre los funcionarios de carrera del Palacio San Martín.
Según reveló La Política Online, diplomáticos de larga trayectoria advierten que la Cancillería podría convertirse en un apéndice del Ministerio de Economía, perdiendo autonomía y capacidad de negociación geopolítica. “Lo único que le interesa al Gobierno es la relación y el salvataje con Estados Unidos”, señaló una fuente interna.
Quirno, con pasado en JP Morgan y sin experiencia diplomática, fue protagonista de declaraciones polémicas, como cuando culpó a China por la corrida cambiaria de septiembre, lo que generó tensiones con el gigante asiático. Su estilo directo y su cercanía con el equipo económico refuerzan la idea de una diplomacia centrada en el financiamiento y la deuda, más que en la construcción de alianzas estratégicas.
La designación también se inscribe en una interna de poder: Santiago Caputo y Luis Caputo consolidan su influencia en el gabinete, mientras Karina Milei negocia otros cambios. La salida de Werthein dejó vacante un espacio clave, y el desembarco de Quirno confirma el giro hacia una diplomacia económica con foco en EE.UU. y los mercados.
En paralelo, sectores del cuerpo diplomático temen que se reactiven conflictos de la era Diana Mondino, como el deterioro del vínculo con Brasil, China y organismos multilaterales. La falta de experiencia en relaciones exteriores y el perfil de trader de Quirno generan dudas sobre su capacidad para gestionar la complejidad del escenario internacional