En tiempos donde el estrés, el sedentarismo y el aislamiento social afectan cada vez más la salud mental, los neurólogos advierten que el cuidado del cerebro comienza mucho antes de que aparezcan los síntomas. Según especialistas consultados por Infobae, hay cinco decisiones clave que pueden marcar una diferencia real en la vida diaria.
La primera es la actividad física regular, que mejora la circulación, reduce el estrés y estimula la neuroplasticidad. “El ejercicio es uno de los factores más protectores contra el deterioro cognitivo”, señalan los expertos.
La segunda es cuidar la audición. La pérdida auditiva no tratada se asocia con mayor riesgo de demencia. Usar audífonos cuando es necesario y evitar ruidos fuertes es fundamental para mantener la conexión con el entorno.
El tercer hábito es mantener una buena salud bucal. Las enfermedades periodontales pueden generar procesos inflamatorios que afectan el cerebro. Cepillarse correctamente y visitar al odontólogo con frecuencia ayuda a prevenir riesgos.
El cuarto punto es el sueño reparador. Dormir bien permite consolidar la memoria, eliminar toxinas cerebrales y regular funciones cognitivas. La falta de sueño crónica puede acelerar el envejecimiento cerebral.
Por último, los neurólogos destacan la importancia de una vida social activa. El aislamiento es un factor de riesgo para la demencia. Interactuar con otras personas, mantener vínculos afectivos y participar en actividades grupales estimula el cerebro y mejora el ánimo.
“Estos cinco hábitos no requieren grandes inversiones ni tratamientos complejos. Solo constancia, conciencia y voluntad de cuidarse”, concluyen los especialistas.