¿Qué se sabe?
El 18 de julio de 1994, a las 9.53, un vehículo Renault trafic, conducido por un conductor suicida, se aproximó a la sede de la AMIA en Pasteur 633 y detonó entre 300 y 400 kg de explosivos que llevaba en su interior. Esto provocó que colapsara la parte delantera del edificio, daños en 200 metros a la redonda, la muerte de 85 personas y heridas en al menos 151. El motor del vehículo fue hallado entre los escombros por brigadistas israelíes. El último tenedor del motor fue Carlos Telleldín, el exreducidor de autos y ahora abogado, absuelto dos veces en la causa. Telledín estuvo ya diez años preso. Su absolución está apelada en la Corte Suprema de Justicia.
¿Qué no se sabe?
Hay dudas sobre la Trafic que estalló en la AMIA. Se llegó a Telleldín desde el hallazgo del block de motor izquierdo. Telleldín tenía vínculos con Alejandro Monjo, quien el 4 de julio le vendió el vehículo siniestrado, que había pertenecido a la firma Mesin SRL y al que luego se le extrajo el motor en el taller de Alejandro Cotoras. Ese motor se montó en otra Trafic. La fiscalía señala que Telledín la vendió a los que la usaron para volar la AMIA, pero los jueces entendieron que no está probada su responsabilidad. Pero hay otra duda en la historia: la Trafic robada a Alejandro Sarapura donde se montó el motor hallado en la explosión sólo tenía puerta trasera. No venía con el portón corredizo en un costado y no coincide con la de la explosión. Por eso, se pensó en una tercera carrocería que Alberto Nisman no logró identificar.