18 de Octubre de 2025
De todo un poco / 12-09-2025

Escándalo en Brandsen: el intendente camporista se trenzó a golpes con un concejal kicillofista





Fernando Raitelli, jefe comunal de La Cámpora, protagonizó una pelea callejera con el concejal Lucas Bronicardi, alineado con Axel Kicillof. El episodio expone la interna feroz del peronismo en el distrito.

La política local de Brandsen vivió uno de sus momentos más tensos este jueves, cuando el intendente Fernando Raitelli, referente de La Cámpora, se enfrentó a golpes con el concejal Lucas Bronicardi, del Frente Grande y alineado con el gobernador Axel Kicillof. El cruce ocurrió en plena vía pública, frente a un local partidario donde militantes descargaban mercadería enviada desde la Provincia.

Según testigos, Raitelli detuvo su camioneta, comenzó a sacar fotos y se acercó a saludar. Bronicardi lo frenó con un reproche directo: “No lo voy a saludar. ¿Con qué permiso está sacando fotos?”. La discusión escaló rápidamente, con insultos, forcejeos y acusaciones cruzadas. El intendente golpeó el celular con el que lo filmaban y fue apartado por sus allegados, mientras gritaba: “Andá a laburar, delincuente. Hacés quedar mal al gobernador”.

El concejal respondió con dureza y luego difundió el video del altercado en sus redes, denunciando una “persecución política” y acusando a Raitelli de haber agredido a una militante. El intendente, por su parte, publicó su versión de los hechos, asegurando que fue atacado por militantes del edil y que sólo intentaba hacer cumplir una ordenanza municipal sobre tránsito.

Este episodio no es aislado: en abril, Bronicardi rompió con el bloque oficialista en el Concejo Deliberante y bloqueó un proyecto clave del intendente. Desde entonces, la relación entre ambos se deterioró, con acusaciones mutuas y maniobras internas que terminaron por fracturar el espacio peronista local.

La pelea entre Raitelli y Bronicardi expone las tensiones que atraviesan al oficialismo bonaerense, donde las diferencias entre La Cámpora y el sector kicillofista se vuelven cada vez más visibles. En Brandsen, el conflicto ya no es sólo ideológico: se volvió personal, territorial y público. Y deja al descubierto una interna que amenaza con escalar aún más.


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