En medio de un clima de tensión legislativa, la vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires, Verónica Magario, inició negociaciones con sectores del PRO para lograr la aprobación del endeudamiento solicitado por Axel Kicillof. El paquete financiero, que incluye líneas de crédito para obras y asistencia a municipios, necesita el respaldo de la oposición en el Senado bonaerense, donde el oficialismo no cuenta con mayoría propia.
Las conversaciones se centran en un grupo de legisladores del PRO con peso territorial en el interior y el Conurbano, que mantienen vínculos fluidos con intendentes y muestran disposición a negociar. Según fuentes parlamentarias, Magario busca garantizar que el endeudamiento tenga un destino claro y equilibrado, con obras distribuidas en distintos distritos, incluidos los gobernados por la oposición.
El contexto político no es menor: tras las elecciones de medio término, el oficialismo perdió margen de maniobra en la Legislatura y necesita construir consensos para avanzar con su agenda económica. El endeudamiento aparece como una herramienta clave para sostener la obra pública y la asistencia social en un escenario de recursos limitados.
Desde el PRO, algunos sectores plantean reparos sobre el uso de los fondos y exigen mayor transparencia en la ejecución. Sin embargo, también reconocen que bloquear el financiamiento podría afectar a sus propios municipios, lo que abre una ventana de negociación.
Magario, con perfil moderado y experiencia territorial, se posiciona como pieza clave en la articulación política del oficialismo. Su rol en estas negociaciones no solo busca destrabar el paquete financiero, sino también recomponer puentes con sectores opositores que podrían ser aliados tácticos en la última etapa del mandato de Kicillof.
En definitiva, el debate por el endeudamiento no es solo técnico: es una pulseada política que pone a prueba la capacidad del peronismo bonaerense de construir acuerdos en un escenario fragmentado. Y Magario, desde la presidencia del Senado, juega una carta estratégica para sostener la gobernabilidad y proyectar liderazgo en tiempos de transición.