La Zona Norte del conurbano bonaerense atraviesa una ola de conflictos laborales que refleja el impacto de la crisis económica en el sector privado y en el ámbito público. En San Fernando, la planta de Georgalos se convirtió en epicentro de las protestas: desde la madrugada del viernes, trabajadores despedidos se concentraron en la puerta de la empresa para exigir la reincorporación de cuatro empleados con fallos judiciales firmes a su favor.
En Tigre, la fábrica de colchones Bed Time desató un conflicto tras despedir a 16 trabajadores el 29 de septiembre. La respuesta fue inmediata: paro y acampe en los depósitos de la empresa, bloqueando la salida de productos. Los empleados denunciaron intentos de desmantelar la organización sindical interna y resistieron la presión policial y patronal para levantar las medidas de fuerza.
Otro foco de tensión se registró en Martínez, donde la firma RODO, dedicada a artículos de cuero y marroquinería, ejecutó un plan de despidos masivos en sucursales, afectando al personal del local de Unicenter. El Sindicato de Comercio de Zona Norte se movilizó junto a los trabajadores despedidos y exigió la intervención del Ministerio de Trabajo para garantizar la conciliación obligatoria.
En el ámbito público, los trabajadores municipales de San Isidro, principalmente barrenderos, reclaman el pago de un bono por productividad de $120.000 acordado en junio y aún incumplido. Según Omar Arce, secretario general del STMSI, más de 450 empleados esperan definiciones mientras cumplen jornadas extenuantes sin la compensación prometida.
Los cuatro casos reflejan un patrón común: despidos masivos, incumplimientos de acuerdos y fallos judiciales desoídos, en un contexto económico que tensiona aún más las relaciones laborales. La falta de respuestas oficiales y empresariales alimenta la bronca en los lugares de trabajo y multiplica las medidas de fuerza.
Sindicatos, agrupaciones políticas y organizaciones sociales de la región advirtieron que las protestas continuarán hasta garantizar la reincorporación de los despedidos y el cumplimiento de los compromisos asumidos. La Zona Norte se consolida así como un termómetro de la conflictividad laboral en el conurbano bonaerense.