Israel anunció este jueves que se alcanzó un acuerdo histórico en Egipto, donde representantes de todas las partes firmaron la versión definitiva de la primera fase del plan de paz propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El entendimiento busca implementar un cese inmediato de las hostilidades en la Franja de Gaza, tras meses de enfrentamientos que dejaron miles de víctimas.
Según detalló la portavoz del gobierno israelí, Shosh Bedrosian, el documento establece la liberación de todos los rehenes israelíes en manos de Hamás, a cambio de la excarcelación de 1.950 prisioneros palestinos, entre ellos 250 condenados a cadena perpetua. Además, el ejército israelí deberá replegarse hasta la denominada “línea amarilla”, un perímetro de entre 1,5 y 6,5 kilómetros dentro de Gaza, definido por Estados Unidos como parte del plan de seguridad.
El primer ministro Benjamin Netanyahu aclaró que la entrada en vigor del acuerdo dependerá de la ratificación del gabinete de ministros, que se reunirá en Jerusalén para votar la propuesta. La coalición gobernante enfrenta tensiones internas: mientras sectores del Likud y partidos de ultraderecha expresaron reparos, Netanyahu adelantó que buscará el respaldo político para avanzar.
Por su parte, Hamás emitió un comunicado en el que reconoció “negociaciones responsables y serias” y aseguró que el pacto busca “poner fin a la guerra de exterminio contra el pueblo palestino”. El grupo islamista destacó que la liberación de prisioneros es un paso clave hacia la pacificación.
El plan de Trump también contempla la entrada masiva de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, con cientos de camiones diarios de alimentos, medicinas y suministros básicos, bajo supervisión internacional. Naciones Unidas ya anunció que prepara un operativo logístico para garantizar la distribución en un territorio devastado por la guerra.
De aprobarse en las próximas horas, la cuenta regresiva de 72 horas para la liberación de los primeros 20 rehenes israelíes comenzará entre el domingo y el lunes. El acuerdo representa la primera fase de un plan más amplio que busca sentar las bases de una paz duradera en Medio Oriente.