La Selección argentina Sub 20 dio un paso histórico al derrotar 1-0 a Colombia en las semifinales del Mundial juvenil y clasificarse a la final del torneo después de 18 años. El único gol del encuentro lo marcó Mateo Silvetti, figura del certamen, en el segundo tiempo, tras una jugada colectiva que reflejó el estilo de juego que el equipo viene consolidando bajo la conducción de Diego Placente.
El partido, disputado en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, fue cerrado y de alta intensidad. Colombia propuso presión alta y velocidad por las bandas, pero Argentina supo controlar los tiempos, sostener la posesión y golpear en el momento justo. La defensa, liderada por Tomás Sosa, volvió a mostrar firmeza, y el mediocampo mantuvo el equilibrio que fue clave en toda la campaña.
Con esta victoria, Argentina vuelve a disputar una final mundial Sub 20, algo que no ocurría desde 2007, cuando una generación encabezada por Sergio Agüero y Ángel Di María conquistó el título en Canadá. El regreso a la instancia decisiva no solo representa un logro deportivo, sino también una señal de recuperación del proyecto juvenil, que había perdido protagonismo en los últimos años.
El equipo llega invicto a la final, con triunfos ante México en cuartos y una sólida campaña en fase de grupos. La expectativa crece en torno a una camada que combina talento, disciplina táctica y personalidad competitiva. La final será el próximo domingo, y Argentina buscará sumar su séptimo título mundial en la categoría.
La clasificación también tiene impacto institucional: refuerza la apuesta de la AFA por exjugadores al frente de los procesos formativos y devuelve al fútbol argentino una mística que parecía adormecida. En un contexto de renovación, esta generación juvenil vuelve a ilusionar con futuro.