En las últimas horas, el entorno de Javier Milei resolvió cancelar las entrevistas que el mandatario tenía previstas con periodistas afines, en el marco del cierre de campaña. La decisión apunta a reducir al mínimo los riesgos comunicacionales en un momento clave, según confirmaron fuentes cercanas a la Casa Rosada.

Uno de los encuentros suspendidos fue el que iba a realizarse con Luis Majul en LN+, quien respaldó públicamente la medida. “Me parece correcto. Sería poco inteligente exponerse a preguntas que no pueda responder”, expresó el periodista, reconocido por su cercanía con el presidente.

Desde el oficialismo explicaron que Milei se encuentra “cansado y enojado”, y que por eso se optó por limitar su exposición mediática. La estrategia busca evitar errores no forzados que puedan impactar en la recta final hacia los comicios legislativos.

La cancelación de entrevistas con comunicadores aliados marca un giro en la dinámica de campaña, donde el presidente solía recurrir a medios afines para reforzar sus mensajes. En esta etapa, el foco parece estar puesto en el control absoluto de la narrativa y en evitar cualquier desliz que pueda ser capitalizado por la oposición.

Aunque no se descartan apariciones públicas en actos o redes sociales, el equipo de comunicación presidencial apuesta por una presencia más cuidada y selectiva. En un escenario electoral polarizado, cada gesto cuenta, y la palabra del presidente se convierte en un recurso que se administra con precisión quirúrgica.