El oficialismo libertario celebró anoche un triunfo con sabor a consolidación. Con el 40% de los votos a nivel nacional, Javier Milei logró posicionar a La Libertad Avanza como la primera fuerza en las elecciones legislativas, asegurando un piso parlamentario que le permitirá blindar sus vetos y negociar desde una posición de fuerza.
El dato más relevante del resultado es que el oficialismo alcanzó el tercio en ambas cámaras del Congreso, lo que le otorga una herramienta institucional clave: la posibilidad de bloquear intentos de derogación de decretos o leyes impulsadas por el Ejecutivo, y condicionar cualquier mayoría calificada.
La elección también confirmó el despliegue territorial del oficialismo, que logró imponerse en varias provincias y consolidar su presencia en distritos donde en 2023 había quedado relegado. La estrategia de nacionalización del discurso y la centralidad del presidente en la campaña parecen haber rendido frutos.
Desde el búnker libertario, Milei celebró el resultado como un respaldo a su programa de reformas y aseguró que el pueblo argentino “eligió no volver atrás”. El oficialismo ya anticipa que buscará avanzar con su agenda legislativa, aunque ahora con mayor capacidad de presión sobre el Congreso.
El nuevo equilibrio de fuerzas deja un Congreso más fragmentado, pero con un oficialismo fortalecido. Con el tercio asegurado, Milei no solo gana aire político, sino también capacidad de veto y poder de negociación, en un escenario donde cada voto cuenta y cada alianza será determinante.
La elección de ayer no solo reconfigura el mapa legislativo: marca un punto de inflexión en el ciclo político argentino, con un presidente que, a un año de haber asumido, logra consolidar su base parlamentaria y proyectar su liderazgo hacia el futuro.