13 de Septiembre de 2024
Editorial / 29-03-2024

Axel Kicillof y Máximo Kirchner, una relación sinuosa que atormenta la interna peronista





En el peronismo preocupa el futuro de la convivencia entre el gobernador de Buenos Aires y el líder de La Cámpora, ante la necesidad de ordenarse rápido y encumbrar nuevos liderazgos

PorJoaquín Múgica Díaz

La relación entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner es uno de los capítulos sin final feliz que tiene la historia reciente del peronismo. Sus diferencias se expanden en las entrañas de la fuerza política y aparecen como argumento válido en medio de una discusión sobre cómo se debe estructurar la toma de decisiones de ahora en adelante, frente a la necesidad de concretar, finalmente, una renovación profunda.

El debate que se abrió en el último congreso del PJ se mantiene flotando en la vida interna de la coalición opositora. Una parte importante del peronismo quiere correr al líder de La Cámpora de la mesa de decisiones, pero saben que será una tarea extremadamente compleja, teniendo en cuenta que detrás suyo está su madre, Cristina Kirchner.

“Hay que modificar la lógica de cómo ordenar el espacio y las listas. Algunos compañeros tienen que dejar su lugar y correrse. Y otros hacerse cargo y ocupar esas sillas vacías”, analizó un intendente del conurbano, que no está alineado ni al gobernador bonaerense ni al líder camporista, pero que advierte la necesidad de que haya un cambio de época en la toma de decisiones.

Su mensaje se termina de completar con una afirmación más brutal: “Si Axel no pisa a los dos gallos, se le va a ser muy difícil el camino. En el 2025 empieza su cuenta regresiva. El lunes después de las elecciones legislativas, sin reelección por delante, empieza a perder poder, y es el único presidenciable que hoy tiene el espacio”.

¿Quiénes son los dos gallos? Máximo Kirchner y Sergio Massa. Entre los intendentes apuntan a ambos por ejercer presión sobre las decisiones de Kicillof y su conducción política en el territorio bonaerense. Señalan la decisión de los legisladores del Frente Renovador de no estar presentes en la primera sesión de la Legislatura, como forma de mandarle un mensaje al Gobernador, frente a la indefinición de algunos cargos en la estructura estatal, además de un retraso en el traspaso de recursos a los municipios.

Y en el caso de Kirchner le achacan la presión que ejerció para que Kicillof sea candidato a presidente y la intervención del Gabinete que derivó en la inclusión de Martín Insaurralde y Leonardo Nardini en reemplazo de dos íntimos de Kicillof, como Carlos Bianco y Agustín Simone, parte del círculo de mayor confianza que rodea al mandatario provincial. Solo dos temas de una lista larga de reproches. Además, Massa y Kirchner son dos pesos pesados de la política bonaerense. Tienen poder, influencia y representatividad.

En varios sectores del peronismo ven la necesidad de que Kicillof se convierta, poco a poco, en el líder del espacio y que ese cambio de postura implique el corrimiento de Cristina y su hijo de la escena principal. Es una situación que solo puede suceder si la ex vicepresidenta tiene la voluntad de hacerlo. Es decir, si decide que el camino renovador del kirchnerismo comienzo a llevar el sello K, pero de Kicillof.

El gobernador bonaerense reconoce una sola jefatura política y es la de CFK. Nunca jugará en contra. Distinta es la situación con el líder camporista, con el que lo une una relación sinuosa y conflictiva. “El vínculo es correcto más allá de las diferencias que tienen. Los objetivos son los mismos y la conducción es la misma: Cristina”, aseguraron en una oficina influyente de la Gobernación.

 Fuente Infobae

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